miércoles, julio 05, 2006

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En las cuestiones que involucran el ámbito sexual, son muy pocas las personas que como el conde de Valmont, tienen la delicadeza, de hacer públicas sus más profundas represiones. Eso de por sí no sería malo, si esto no engendrara en el fondo una profunda doble moral, que en la práctica sataniza y cohíbe al que hace de dominio público sus actividades sexuales.

Vemos como hacer parte de una revista pornográfica es algo que para Colombia resulta un escándalo o en su defecto como ser prostituta es el peor y más blasfemo e infame trabajo en el que se puede caer. ¿Pero qué ocurre ahora que Colombia se ha convertido en un burdel virtual de los más reconocidos de la red? Al gobierno no le interesa que el único trabajo donde las mujeres, travestis y homosexuales o hombres del común, puedan ganar más de un millón de pesos sea exponiendo sus sexos a usuarios ansiosos y urgidos de cariño alrededor del mundo. No al gobierno eso no le interesa puesto que entran cientos de miles de dólares, se lavan otros tantos con mayor facilidad y no existe un problema de salubridad pública… claro, tomemos en cuenta que la psiquiatría y la psicología muy pocas veces es tenida como una urgencia de la salud.

Yo no sé si los grandes economistas de este país no han podido entender que las grandes economías mundiales se respaldan con ventas de servicios especializados, con grandes producciones industriales o en su defecto con una explotación conciente y bien manejada de los recursos naturales. Parece que el no saber física ni matemáticas les impide conocer qué es la entropía y mucho más que es la teoría del caos o en su defecto el efecto mariposa y obvio sumarles que nunca han sabido que las ecuaciones controlables deben tender hacia un límite y converger para que no sean incontrolables. Pero estos pelmazos piensan que si faltan billetes se emiten controladamente y listo, además del viejo trueque de productos que en la práctica no deberían costar un peso, pero que se vuelven exagerados por un bonus track que le da alguna situación histórica o comercial.

Pero el sistema económico de la prostitución visual y virtual no es lo que me interesa, ¿a quién con dos dedos de frente le puede interesar que una ingeniera química trabaje de sttriper en una página cualquiera de internet si gana más de 3 millones de pesos? ¿A quién con dos dedos de frente le puede interesar que esa misma ingeniera química no consiga un trabajo mejor remunerado en la investigación o en la producción de un país? A nadie le puede interesar realmente, cuando el mejor mercado y la mejor mercancía es el hombre.

Pero vayamos al concepto de lo que se hace... claro, no es malo, qué tiene de malo mostrarle a enhiestos penes el más deshonesto onanismo. El culto a Príapo, siempre ha estado y estará. Pero miremos el tema cuando la niña que trabaja en un lugar así y luego lo hace desde su casa con un personaje en especial que le manda dinero en cantidades exorbitantes para que lo haga sólo frente a él, decide ir a otro país a encontrarse con el amable donante y acostarse con él por un apartamento. En ese momento ya no somos un país con grandes cantidades de placer idiotizante sino con sistemas sofisticado de compañía virtual para el que no puede decirle a su mujer que se masturbe y se deje dar por el ano, puesto que todo el que quiere realizar “perversiones” en la cama, nunca desea que sea su esposa la que le produzca ese placer, porque él no puede estar casado con una prostituta de tal calaña, pues a él no le gustan las mujeres de ese estilo... ¿perdón, si no le gustan para qué las busca?

El problema es que esa niña no se da cuenta en qué ha caído, no se da cuenta que ha cambiado su dignidad por dinero. Esas mujeres que trabajan ahí no se dan cuenta que venden sus cuerpos por dinero, sus madres que las apoyan no se dan cuenta que están produciendo en la vida ciudadanos que sólo miran la necesidad del dinero como la única y principal necesidad el humano.

No hay nada más por hacer, dicen algunos, no es hora de que dejemos de esperar que nos den que hacer y hagamos, no es hora de cambiar las pequeñas cosas por grandes cosas... consignados en un país de mierda donde la trampa y la astucia delincuente es la mejor recompensa para tener sexo y dinero fácil; donde el más reconocido y el que más prensa vende es Jota Mario porque dice en la franja familiar que rascarse el culo con una piña es bueno para las hemorroides.

Es hora de que cambiemos nuestros iconos por personas que valgan la pena, es hora de que muera la estupidez de este país que se especializa en vender entretenimiento para las mentes más débiles de la humanidad. No recreamos intelectuales sino drogadictos y onanistas vírgenes sin vida social.